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Cómo hacer descripciones en tus novelas o relatos

Uno de los eternos dilemas de todo escritor novel, cuándo hacer una descripción, cuándo hacerla extensa o cuándo breve. ¿Debo hacerlas sobre lugares y escenarios o también sobre situaciones, climas y sensaciones? Trataré de arrojar algo de luz sobre la oscuridad en base a mi experiencia literaria, tanto como lector como escritor.



¿Cuándo realizar una descripción?

Siempre que deseemos que el lector tenga esa información sobre el lugar, el personaje o la situación. Si en nuestra trama es importante que el lector no sepa quién es el protagonista (por el momento) o dónde se encuentra, omitiremos esa descripción hasta el instante en que consideremos que lograremos un clímax en la narración.
Para el resto de descripciones que no se basen en un instante concreto para su desarrollo:
¿Nuestro protagonista llega a un lugar maravilloso donde se desarrollará una parte importante de la acción? Entonces debemos detallar ese lugar, tanto en su aspecto como en lo que siente el protagonista al verlo.
¿Estamos ante un personaje principal? Debemos describirlo físicamente y también dar muchos detalles sobre su forma de pensar, manías, aficiones, deseos, etc... De otro modo el lector no lo verá como real.
¿Estamos ante un lugar o personaje secundario? Podemos dar apuntes sobre él, para que el lector lo pueda visualizar, pero sin llegar a extendernos demasiado, ya que no forma parte de la trama principal y frenará el ritmo de lectura de los lectores.
¿Estamos ante un lugar o personaje sin trascendencia? ¿Es alguien que aparece como un figurante en una película o un escenario de pasada? Entonces no es necesario que los describas, el lector no lo necesitará y hacerlo solo frenará el ritmo de la historia.


¿Cuándo describir una situación o sensación?

En una novela negra, el ambiente que se respira en cada momento o escenario es como un protagonista más en la historia. A veces pasa en las novelas románticas también. Definir el lugar en el que se halla el asesino, el lugar en el que los enamorados se besan o hacen el amor por primera vez... no basta, es necesario describir sensaciones y situaciones. Dolores Redondo es una experta en la materia, describe la situación (olores y sensaciones incluidas) en cada comienzo de cada capítulo de sus libros, con eso logra una experiencia inmersiva total del lector en la historia. Como Dolores no escribe en este blog (qué más quisiera yo), trataré de poner dos ejemplos improvisando:

Opción A: Pablo se abalanzó sobre Marta y la besó en el jardín bajo la luz del atardecer.
Opción B: Los tonos ocres del crepúsculo teñían de cobre los destellos de las hojas de los castaños y provocaban reflejos en la superficie del estanque donde reposaban, impávidos, los nenúfares que Marta había admirado durante la tarde. Se respiraba el aroma del espino rosa y de las flores de azahar que trepaban por la pared de la casa, y sentía calor, mucho calor; pero ella no sabría definir si se trataba del verano, de las sensaciones vividas en aquel mágico lugar o del beso con el que Pablo la sorprendió en ese instante.

Opción A: Marta apareció tras la esquina del callejón y disparó a Pablo por la espalda.
Opción B: La niebla era densa como jamás Marta había visto en su vida, apenas alcanzaba a ver el extremo de su trémula mano, con la que asía el arma que pretendía usar para terminar con todos sus problemas. Y aquel frío, que provocaba un temblor incontenible en su mandíbula, era casi tan salvaje como el hedor que se respiraba; los contenedores de basura de aquel callejón debían permanecer allí desde hacía semanas sin que nadie los limpiase. Un susurro en la oscuridad le hizo contener la respiración, su presa estaba cerca, no debía fallar y lo sabía, no habría una segunda oportunidad. Apretó los dientes para contener el temblor y sujetó su mano derecha y el arma sobre la palma izquierda. Disparó dos veces, iluminando la niebla y paralizando su corazón con el estruendo de los disparos. Segundos después Pablo descansaba ante sus pies sobre un charco de viscosa sangre oscura que crecía lentamente bajo su cuerpo.

Lo que veis arriba es la diferencia entre saber definir y no saber hacerlo, entre hacer una novela o relato para aficionados (80 páginas) o hacer una novela seria y profesional (400-600 páginas). No se trata de relleno, es una cuestión de crear el ambiente que hace que el lector viva la escena en lugar de limitarte a contársela como si le dijeras el argumento de la película que viste ayer mientras te tomas una cerveza en un bar. La forma de narrar es tan importante y decisiva a la hora de captar lectores y conseguir un best seller como la calidad y la originalidad de la historia en sí.

¿Cuándo definir más el físico y cuándo la personalidad?

Cuando tratamos de definir a un personaje, debemos preguntarnos qué es lo más importante del mismo, tanto para nosotros como para el propio personaje en sí (recordad que debe estar vivo en vuestra mente para que resulte creíble a los oídos de tus lectores). ¿Qué te dice el personaje que has creado? ¿Le gusta más su físico o su personalidad? ¿Qué piensan de ellos las personas que les conocen? En función de esas preguntas tendremos la solución a la forma de describirles en nuestras historias.
Imaginad que quiero presentar a mis lectores una chica joven y superficial, de las que consideran que pueden obtener todo lo que deseen de un hombre con una simple sonrisa o un gesto amable e insinuante. La describiría del siguiente modo:

Marta bajó del taxi cuando yo llevaba casi una hora esperando en la terraza del restaurante. Sus cabellos dorados bajo la luz del atardecer precedieron su lento caminar hacia mí, aunque no llegó a mirarme en ningún momento, como si supiese con total seguridad que yo la esperaba a pesar de su impuntualidad. Se contoneaba sabedora de las miradas que estaría provocando a su alrededor, aquel vestido ajustado dejaba poco a la imaginación y eso me indicaba que iba a pedirme algún favor, y yo, como era habitual, no podría negarme a cumplirlo. En unos minutos la tendría con sus grandes ojos azules y sus labios rojos y carnosos lanzando sus más eficaces hechizos sobre mí.


Ha quedado claro que Marta es joven, bella, rubia de ojos azules, segura de sí misma y manipuladora con los hombres. La hemos descrito tanto físicamente como en su personalidad (aunque todos la hemos imaginado más físicamente que por su forma de ser) con un párrafo breve y sin salirnos de la historia, ya que continuamos narrando: Pablo esperaba a Marta en la terraza de un restaurante y ésta llegó tarde y con la intención de pedirle un favor.

Imaginad que queremos describir a Pablo, que es un chico inteligente, de buena familia y con un buen trabajo (su físico ya no importa tanto como su forma de ser). Yo lo haría así:

Cinco minutos antes de las siete, Pablo ya esperaba a Marta en la terraza del restaurante, la puntualidad era un concepto vital aprendido desde su infancia, a pesar de lo poco que la chica valoraba esa virtud. Temía por la influencia que ella ejercía sobre él, pero se había prometido que mantendría la compostura y firmeza ante sus deseos y pretensiones. Sus padres no volverían a perdonarle otro error y se jugaba su herencia, así como su trabajo en el banco si volvía a ausentarse sin avisar para llevarla a París de viaje.


Seguimos sin salir de la acción, sin frenar la historia o narración en ningún momento, ya que es la mejor forma de describir personajes, lugares o situaciones de cara a la fluidez de la lectura. También hemos centrado la descripción física en Marta y la personalidad en Pablo, ya que son sus puntos fuertes o lo que queremos potenciar en nuestra historia.

Si os cuesta saber cuánto y cómo describir cada personaje, os daré unos consejos:
  1. Escribid toda la acción (todo el libro) sin hacer ninguna descripción, así la narración será rápida y fluida.
  2. Luego, cuando hagáis una segunda pasada a modo de re-escritura y de corrección de errores, haced una lista con los lugares y los personajes tanto principales como secundarios.
  3. Haced una tercera pasada añadiendo descripciones intensas para los protagonistas y los lugares principales (podéis ir describiendo durante todo el libro la personalidad de vuestros protagonistas y lugares principales, no es necesario hacerlo en el momento en que aparecen). Y descripciones de un párrafo como mucho de los secundarios, olvidad los que sean personajes o lugares de paso o sin importancia en la historia final.
  4. En una penúltima lectura, analizad si el ritmo de lectura frena en alguna descripción o si las descripciones no son lo suficientemente buenas como para definirlos a la altura de las imágenes que tenéis en vuestra mente.
  5. Dad una última pasada, al menos yo lo hago así, para añadir una descripción de la situación y las sensaciones que el protagonista siente o el lector debe sentir antes de comenzar la acción, un párrafo como mucho en cada comienzo de capítulo.
Espero que mi experiencia os haya servido de ayuda. Recordad que una historia no será real para los lectores si no lo es para ti, y si no la has narrado con el lujo de detalles (sin excedernos) que requiere cada personaje, lugar o momento.