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Buenos días a todos. Os traigo un artículo breve con un consejo que podría ser valioso para muchos escritores que, como he apreciado en los últimos meses, tienen problemas de compatibilidad en los archivos «word» que generan. No voy a hablar de las ventajas o bondades que tendríais con un programa profesional diseñado para hacer novelas, relatos y guiones de cine, ya que muchos preferís seguir usando el word, openoffice o lo que tengáis de forma gratuita. Solo trataré de solucionar el error de la compatibilidad del archivo.
Si guardo un manuscrito para enviarlo a mi corrector, lectores cero, editoriales, concursos, etc... y lo hago por defecto, se guardará en un archivo .docx cuya maquetación y estilo (que a muchos cuesta tiempo y esfuerzo configurar bien para que quede profesional) puede verse modificada y arruinada al abrirse con una versión diferente del programa o abrirse en un ordenador MAC si tú lo grabaste en un PC (o a la inversa).
La solución al problema es muy sencilla, no grabes por defecto el archivo, usa el comando «guardar como» la primera vez que empieces a escribir y elige la función de la fotografía de abajo. Así se guardará siempre en .doc, que es un formato universal sin problemas de compatibilidad algunos.
También puedes exportar en pdf al final de todas las fases de corrección, pero si es para enviarlo a un lector cero o un corrector externo que podrían necesitar hacer anotaciones y correcciones sobre el documento, mejor continuar con el .doc clásico.
Recordad que el programa que uséis para escribir vuestros libros es la herramienta de trabajo que mejor debéis conocer del mundo. No vale decir «es que no controlo muy bien el word», porque sería como si un cirujano dijese «es que no controlo muy bien el bisturí». Aprended cada función y cada posibilidad del programa al milímetro para poder sacarle todo el jugo.
También puedes exportar en pdf al final de todas las fases de corrección, pero si es para enviarlo a un lector cero o un corrector externo que podrían necesitar hacer anotaciones y correcciones sobre el documento, mejor continuar con el .doc clásico.
Recordad que el programa que uséis para escribir vuestros libros es la herramienta de trabajo que mejor debéis conocer del mundo. No vale decir «es que no controlo muy bien el word», porque sería como si un cirujano dijese «es que no controlo muy bien el bisturí». Aprended cada función y cada posibilidad del programa al milímetro para poder sacarle todo el jugo.